Si bien se estima que el futuro del trabajo es tecnológico y digital, actualmente hay miles de puestos de trabajo sin cubrir en el mercado por falta de profesionales calificados. Según el Foro Económico Mundial (WEF por su sigla en inglés), cerrar la brecha de calificación global podría añadir 11,5 mil millones de dólares al PIB mundial en 2028, pero los sistemas de educación y formación tendrían que seguir el ritmo de las demandas del mercado.
La reconversión del talento, a través de entrenamiento y la conexión, pueden ser clave para rescatar a trabajadores que el mercado ha dejado fuera anticipadamente, aprovechando su conocimiento y experiencia. Para Perla Torres, jefa de Selección Kibernum Global, una persona de más de 50 años de edad puede cubrir cualquier tipo de cargo dentro de la industria tecnológica: “Dada su trayectoria, puede cumplir labores no solo en la ejecución, sino posiciones de liderazgo, pues es un perfil que cuenta con la experiencia en el manejo del negocio”, sostiene.
Aunque cuando se piensa en una carrera en tecnología, muchas veces se dibuja el perfil de un joven que conoce mucho acerca de la industria y que maneja perfectamente software y hardware, no es la edad lo que define quién es el mejor para un puesto de trabajo, tampoco solo la experiencia o el conocimiento del sector, como podría pensarse para un mayor de 50 años, sino ciertas habilidades y capacidades transversales. Así lo indica la tercera edición del “Informe sobre el futuro de los trabajos”, del WEF, que elaboró una lista con las diez habilidades que serán las más demandadas por los empresarios para sus empleados para el año 2025.
En el top de la lista está el pensamiento crítico y la resolución de problemas, mientras que también forman parte del ránking el aprendizaje activo; la creatividad, la originalidad y la iniciativa; el pensamiento analítico; el liderazgo y la influencia social; el uso y control de la tecnología; el diseño y programación de tecnología; la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad; y el razonamiento y la capacidad de dar forma a ideas y conceptos.
Reinventarse profesionalmente
El reskilling o reciclaje profesional es una tendencia que Kibernum, la compañía global de origen chileno, ha hecho propia: “Cada vez más especialistas han reconvertido sus profesiones y tomado especializaciones en áreas tecnológicas”, describe Perla Torres, añadiendo que de continuar este fenómeno, la industria puede esperar que en los próximos años la fuerza laboral de este campo se incremente en un 30%.
Así lo cree también Rubén Altamirano, director de Agilidad & IT Consulting de Kibernum, quien piensa que es un mito que las personas sobre 50 años no son consideradas en el sector TI: “Existen industrias, como la financiera/bancaria, donde el uso de tecnologías catalogadas como ‘antiguas’ está vigente: esto hace necesario que se mantengan profesionales que tienen un dominio fundamental sobre ellas, aun cuando estas puedan ir migrando hacia las más actuales”, explica.
Datos de la startup global de origen chileno indican que actualmente las profesiones más demandadas por las industrias son Ingeniería en Informática, Computación, Técnico en Informática, Programación, Desarrolladores, Arquitectos y Analistas, donde los sueldos se encuentran en un promedio de 1.500.000, remuneraciones que además se complementan -en el caso de Kibernum- con beneficios como aguinaldos en UF, y reajustes salariales trimestrales según IPC: “Este tipo de medidas le permite a los profesionales tener un sueldo acorde al alza en el costo de la vida” añade Perla Torres.
El mito del techie
Rubén Altamirano cree que la idea de que personas muy jóvenes sean consideradas “expertas” digitales, está dada porque nacieron con un acceso democratizado a la tecnología, mientras que otras generaciones lo hicieron en una era analógica y han tenido que “entrar” y adaptarse: “En nichos específicos, de largo desarrollo, se valora la trayectoria y se buscan perfiles específicos. Se habla de ‘sistemas legado’, fundamentales para la continuidad operacional de varias empresas, y en estos casos es la industria la que busca a determinados profesionales de trayectoria; las personas se mueven por roles y es su conocimiento y experiencia lo que vale, pues lo nuevo se puede aprender”, señala.
Además de un completo reciclaje profesional, personas de todas las edades pueden acceder a bootcamps y otros espacios de aprendizaje, que representan oportunidades para que personas mayores puedan profesionalizarse el área TI, ya sea a través de la obtención de nuevos talentos o de la reconfiguración de sus profesiones actuales, insertando capacidades tecnológicas a ellas.
“No tiene que ver con la edad o la tecnología. Hay personas de todas las edades con la inquietud de empezar nuevos caminos, sentirse desafiados y salir de su zona de confort. Suena cliché pero, si hay ganas, todo se aprende”, concluye Rubén Altamirano.